miércoles, 28 de diciembre de 2011

El paseo de la vergüenza

Todos los que somos de naturaleza fiestera, o hemos salido alguna vez de fiesta y dormido en casa ajena, sabemos lo que es temido paseo de la vergüenza. De verdad, es una de las peores cosas de salir de fiesta y no volver a tu casa cuando debes. Para los que desconozcan esto, bravo por vosotros. Espero que nunca tengáis que hacerlo. 

En mi vida ha habido muchos paseos de la vergüenza. A veces sola, a veces acompañada. Cuando es acompañada no es tanta la vergüenza, porque al fin y al cabo vas entretenida. Pero cuando es sola.. lo peor. 

¿Los peores paseos de la vergüenza? Cuando vas vestida de tal forma que se nota mucho que saliste de fiesta el día anterior. Gracias a dios yo no soy de ponerme minivestidos y taconazos, porque sino, si que me muero. Pero simplemente la cara con todo el maquillaje corrido, ir sin peinar, hueles a alcohol, los ojos rojos de haber dormido con lentillas... Una serie de cosas que hacen fácil reconocer a alguien en su paseo de la vergüenza. 

Lo "mejor" de todo es cuando tienes una resaca de morirte (casi siempre) y vas deseando encontrar alguna tienda donde comprarte una botella de agua (si tienes suerte y te ha sobrado algo de dinero de la noche anterior, que no siempre pasa eso).

¿Y a qué viene todo esto? A que he visto un vídeo (en este blog) con el que me he sentido muy identificada. Sin más, aquí lo tenéis: 




¿Cómo son vuestros paseos de la vergüenza? ¿Llenos de vergüeza y arrepentimiento, recasa y muerte? 

viernes, 23 de diciembre de 2011

Feliz Navidad y esas cosas que se dicen

Siguiendo el ambiente navideño que hay en la calle y en todos lados, sobre todo en los centros comerciales, he decidido compartir con vosotros algunas frases muy típicas que siempre escucharemos en Navidad una y otra vez, sacadas de esta página


De aquí yo me quedo con la de "no vuelvo a beber más en la vida", que aunque no solamente sea exclusiva de la Navidad, seguro que la digo después de Nochebuena/Nochevieja/Día de Reyes, cuando me despierte con resaca y me tenga que poner a comer con la familia. 



"A mi no me gusta la Navidad". No es que yo la diga (que a mi me gusta la Navidad a pesar de ciertos aspectos familiares que no creo que le gusten a casi nadie), pero esta frase es taaaan típica que yo no sé que sería de las Navidades sin escucharla.  Y bueno, lo de la ropa interior roja es muy de mi madre. Cualquiera escapa a ponerse las bragas rojas, que te mata. 

Y siguendo con mis ganas de fiesta características, la frase que más verdad verdadera de aquí es "Saber que los reyes van a venir aunque te acuestes a las 6". Aunque yo ni tomo sopa de marisco ni hago propósitos de año nuevo (ya sabemos que los estudiantes hacemos propósitos de Nuevo curso, no de nuevo año). 

Así que... 



What a bright time, it's the right time
To rock the night away.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Familiarízate

Una familia feliz:


Y pensar que hay gente tan MONGUER que no cree que esto sea una familia, o peor aún, que les quitaría al hijo... Me encanta esta familia y me encanta llorar con estos vídeos bonitos que te alegran el día. 

martes, 6 de diciembre de 2011

Por qué no hay que coger un tren borracha

La siguiente historia es una de esas historia que me deja en no muy buen lugar y además deja patente mi mala suerte característica. 

Todo comenzó hace muchos meses cuando me compré unos trenes Almería-Madrid y Madrid-Vigo para este puente. El primer tren salía a las siete de la mañana de la estación de Almería. Pues a vuestra buena amiga Wafwaf se le ocurre la maravillosa idea (aunque en ese momento me pareció maravillosa de verdad) de salir de marcha e ir de empalme a la estación. Claro, lo que yo no había previsto era en qué estado iba a llegar a la estación. 

La noche empezó de tapas, y continuó de cervezas. Y calimochos, y más cervezas, y más calimochos. ¿Qué cuanto bebí? Pues no lo sé, no lo sé. Así que cuando fueron las seis y media de la mañana, una Wafwaf muy borracha se dirigió a la estación donde la estaban esperando sus padres con las maletas. Con una peste a alcohol que ahuyentaba a cualquiera. Con mucho esfuerzo y vergüencita ajena de mis padres me subí al tren. Y ahora viene la mejorcito. 

(en un tren así di el espectáculo, imagen del google)

Nada más arrancar el tren, y mira que eso se mueve poco, mi estómago decidió que ya no quería tener el alcohol guardadito más tiempo, así que me levanté para ir al baño, pero claro, no llegué. Así que digamos que vomité en mitad del tren, sí, así soy yo. Como ya no podía hacer nada, regresé a mi sitio. Pero claro, había mucho alcohol dentro de mí todavía. Así que digamos que volví a vomitar. Y empezamos el drama. 

Llegó un revisor del tren, me dio una bolsa, continué potando, el hombre diciendo que me iba a echar del tren. Que lo paraba y me bajaba y se hacía falta llamaba a una ambulancia. ¿Ese hombre nunca ha visto a nadie borracho o qué? O eso, o de verdad yo daba mucha penita (que no lo descarto). Al final me dormí y cuando desperté fue un "¿pero donde estoy y por qué tengo la camiseta sucia de vomito?". Así que con toda mi vergüenza, me adecenté y me puse una sudadera para no dar mucho el canté, y pasé la hora que me quedaba de viaje recibiendo miradas asesinas de los demás pasajeros. Pero bueno, llegué a Chamartín al fin, y ya podía dejar ese tren y que nadie me mirase mal. 

Después de comer con dos amigos allí, me volví a subir a otro tren, esta vez destino a Vigo. Pues bien, pase un señor revisor y se para delante de mí. Y me dice:
-Vaya... ¿tú ibas en el tren de Almería no?
-Joderjoderjoderjoderjoderrrr.
-Sisí, vaya un viajecito largo, ¿EHHH??!
-MadremíaqueeselrevisorquecasimehechaJODERRRR. *Wafwaf sonríe en plan "ui si, que viaje tan largo*.

Como veis, de esta historia se saca una moraleja muy clara, no hay que ponerse como las mierdas y subirse a un tren, porque te ganas los odios de los pasajeros, los revisores te pueden echar, y encima, hueles a vómito y alcohol.