martes, 30 de abril de 2013

Una serie de catastróficas desdichas erasmus I

Parece que nos hayan echado un mal de ojo, porque desde hace tres semanas nos han pasado unas cosas... Si a alguien esto lo parece normal, que me lo diga. Como dicen que las penas compartidas son menos penas, os contaré mi historia en tres partes:

Primer acto: Vuelo a Tampere (Finlandia)
Segundo Acto: La excursión
Tercer acto: Los dedos de Silvia

Sin más, procedamos a ver la obra maestra de la mala suerte "Una serie de catastróficas desdichas erasmus".


Primer acto: Vuelo a Tampere (Finlandia)

La serie de desgracias comienza el martes día 9 de abril. Ese lunes fue además fue un gran lunes de Morrison's, Instant y finalmente mi casa. Total, que me levanto a las 10, preparo mi maleta para irme (mi vuelo salía a las 15.05), hablo con mi madre por skype, etc. Salgo de casa con tiempo para el aeropuerto. Llego, paso los controles y me pongo en la cola en la puerta de embarque. Entonces sale un señor y nos dice que hay problemas técnicos, que no se sabe cuando saldrá el vuelo y que nos quedemos cerca de esa puerta de embarque pero que miremos los paneles también por si cambia. Así que nada, me siento en unos bancos al lado de la puerta de embarque al lado de una señora que también estaba en la cola. Y mirando los paneles y todo el rato pone "Gate closed". Y en una de estas que miro el panel, e vuelo no estaba. Así, hijos míos, es como se tira 84 euros a la basura perdiendo un vuelo. Hay que ser tan retrasada como yo, eso sí, y mirad que es difícil. Así que nada, voy a preguntar, me mandan al mostrados de Ryanair y en fin, que no se puede hacer nada, que no entienden que ha pasado. Así que ala, me voy a mi puta casa a llorar.


lunes, 29 de abril de 2013

Augurios de que se acerca el final del erasmus

Pues sí, ya lo he escrito: el final del erasmus. La palabra tabú: final.

Desde hace dos semanas que disfrutamos en Budapest de un tiempo espléndido. Hemos pasado de las botas, abrigos y bufandas a los shorts y las sandalias. Porque sí, por fin ha llegado el calor y el buen tiempo. Adiós temperaturas negativas, hola 25 graditos al mediodía.  Así que desde entonces, la vida fuera de casa ha aumentado a niveles máximos. Y claro, pasas más tiempo haciendo cosas y empiezas a pensar "joder, esto es el paraíso, ojalá no se acabara nunca". Y te das cuenta que apenas quedan dos meses. Dos meses para volver a la vida real. MIERRRDA.

(hola primavera! te echaba de menos!)

De vez en cuando ya vamos soltando alguna frase con presentimientos de final como "ai, cuando se acabe esto" o "no tenemos tiempo para hacer todos los viajes". 

En fin, será mejor no pensar en ello.