miércoles, 27 de marzo de 2013

Salvando a la rana

A principio de cuatrimestre, cuando íbamos en búsqueda y captura de asignaturas porque estábamos (y estamos) muy necesitados de créditos, nuestro profe preferido nos propuso una asignatura por un crédito. ¿Qué había que hacer? Muy fácil, era una salida al campo para salvar a las ranas.

Así que hace un par de fines de semana, me puse en modo exploradora, me pegué un madrugón bonito y nos fuimos a la estación de buses de Árpád híd a coger el bus que nos llevase a nuestro destino salvador de ranas: Garancsi tó


Un poco de historia:

Resulta que este paraje es muy famoso entre los húngaros, porque aquí se rodó una peli que a ellos les gusta mucho: Üveg Tigris (Tigre Gris para que nos entendamos). Yo he intentado buscar la peli, pero a no ser que la quiera ver un húngaro, nanai (y faltarían años y aaaañooos para que mi nivel de húngaro me diese para entender mínimamente la peli).

Pues en este paraje tan de película resulta que las ranas se mueren (o las matan más bien). Porque hay un bosque donde las ranas nacen y hacen su vida feliz, pero para que su vida sea completamente feliz tienen que cruzar al lago. Y claro, las pobres al pasar por la carretera.... ¡ADIÓS RANA! Os dejo un dibujito muy aclarativo:


Así que para salvar a las ranas teníamos que construir una valla en al lado de la carretera del bosque, y además, unas trampas (que eran unas cajas de plastiquete, no os creáis) donde cayesen las ranas y ya de las cajas llevarlas al lago a tomar el sol. Nada más llegar al sitio dieron una super charla en húngaro para toda la gente que había ido a ayudar (muy interesante, sí) e incluso estaba la radio la cual nos preguntó nuestros nombres y de donde éramos, así que... ¡salimos en la radio húngara! De aquí a la fama, ya veréis. 

Pasos para salvar a la rana:

  • 1. Colocarte tu chaleco amarillo fosforito para que te vean casi desde Budapest.



  • 2. ¡Cavar cavar cavar!


  • 3. Colocar la super trampa.

  • 4. Colocar los palos que sujetarán la tela de la valla y la tela.

  • 5. Sujetar la tela a la valla.



¡Y LISTO! Ya tiene usted montada su preciosa valla y un crédito más. (Y todas las ranas que se salvarán, claro).


domingo, 24 de marzo de 2013

Que buen en tiempo en primavera


Parece increíble que ya estemos en primavera. Desde luego que en el resto del mundo sí, pero aquí en Budapest nos va a volver a caer otra nevada. Paso mucha envidia viendo a todas horas vuestra fotos en facebook tomando tapas, en mangas cortas y con un solazo de la ostia. ¿Cuándo pollas va a llegar el buen tiempo a Budapest? ¡Yo también quiero sol!

sábado, 23 de marzo de 2013

Un viaje en fragoneta

Todo comienza cuando estos seis personajacos nos juntamos y se nos ocurre la maravillosa idea de irnos a esquiar a Liberec (República Checa) de jueves a domingo.


Como los horarios de bus son una mierda, se nos ocurre otra maravillosa idea: alquilar LA fragoneta. Nunca se es suficientemente gitano, vaya. Así que para rellenar los huecos se nos unen otros personajes, la french people. Así que ahí nos tienes, a seis españoles y tres franceses dispuestos a irnos a esquiar, un jueves por la tarde mientras caía una nevada importante sobre Budapest. 



Empezamos el viaje con ánimos, jiji jaja. A los 30 km de salir de Budapest nos vemos en un atasco. "Bueno, no pasa nada", "Será un accidente" o "Seguro que en seguida nos movemos" nos lo repetimos hasta la saciedad. Pasa una media hora, una hora, dos horas y nada. Parece que nos movemos. Avanzamos un poquito. Nos volvemos a parar, pero esta vez hay una gasolinera, así que los aventureros del grupo salen de la frago y cruzando por mitad de la autovía van a comprar provisiones (básicamente cerveza, vaya) para amenizar un poco la espera. Y sigue pasando el tiempo y seguimos estancados. Primeros síntomas de desesperación y de hipotermia empiezan a aparecer. Después de no sé cuanto tiempo parados, nos desvían a Tata, un pueblecito que está casi en la frontera con Eslovaquia. Aparcamos la frago en una gasolinera y a dormir (o al menos a intentarlo). Nos dicen que hasta las nueve no abren la frontera. OFÚ, diosito danos paciencia. No os exagero si os digo que es la vez que más puto frío he pasado en mi vida. Con los abrigos, guantes, gorros puestos, incluso con TOALLAS. Toda ropa era poca. Algunos incluso se hicieron una cama en el maletero. A las nueve nos movemos de la gasolinera, inocentes de nosotros, pensando que ya estarían a puntito de abrir la maldita frontera. No llegamos a movernos ni 500 metro cuando nos vemos otra vez parados en una fila de coches. JODERRRRR. Y aquí es cuando descubrimos la amabilidad de los húngaros. Desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde que estuvimos ahí no pararon de pasar autóctonos ofreciéndonos té calentito, comida y de todo. Incluso un buen señor nos llevó a su casa a la flatmate Gemma, a Silvia y a mí a su casa para poder usar el baño, y la señora nos hizo un cafecito calentito y llamó a otra chica para que hablase en inglés con nosotras y nos informase de la situación. La chica nos dice que en el facebook del pueblo (sisí, muy modernos) corren rumores de que a lo mejor abren pronto la frontera, pero luego nos dicen que la radio ha dicho que a las seis de la tarde e gobierno húngaro se compromete a tener todas las carreteras abiertas (y claro, nosotros nos lo creemos). ¿Y cómo pretende el gobierno húngaro abrir las carreteras? Así:


MUY efectivo, si señor. A las cuatro o cinco, viendo que ya no iban a abrir la frontera, decimos afrontar la realidad que llevabamos casi 24 horas negando: imposible ir a Liberec. Nos vamos de vuelta a casa. Pero... ¿y si ya que tenemos la frago alquilada nos vamos a algún lado?


Gemma: "Pero bueno, ¿al final vamos a Pécs o hay alguna más alternativa?" PUES VEEEENGA, ¡vámonos! ¡por qué no!

Comentario de Javi del video en facebook:
 comentarios ante la situacion de ver un coche de policia en direccion prohibida, nada de: "oh! algo pasa!" "cuidado frena!" "por fin empiezan a hacer algo" etc etc..., aqui se dice:- que cojones hace ese coche policia?.
- Aqui los polis en direccion contraria como les sale de la polla
- Si tio, y yo tengo que ir por la puta nieve
- Ponle todas las luces
Así que sí, al final nos fuimos a Pécs. Y aquí si que podemos decir que tenemos una flor en el culo. Dentro de nuestra mala suerte, somos afortunados. Vamos por la autovía hacía Pécs y... CHAN CHAN, un coche de policia cortando el paso. NO ME JODAS QUE ESTÁ CORTADA. Paramos la frago y se baja Javi a preguntar. Ai dios, cruzad los dedos chicos. Y justo, el milagro se obra, abren la autovía en ese momento, así que somos los primeros en pasar. ¡Vamos que nos vamos pa Pécs!



Visitamos Pécs y... ¿por qué nos ibamos a ir a Budapest? ¡Vámonos a Szeged! Cargamento de cervezas, patatillas y algo pa fumar y de fiesta en la frago por un camino de cabras. 




Así que ese ha sido nuestro maravilloso viaje a esquiar a la República Checa: visitando Pécs y Szeged, y ante todo y sobre todas las cosas: BUEN HUMOR.

Gracias a todos por este viaje tan surrealista como tan increíble. 
¡Sois los mejores!

lunes, 18 de marzo de 2013

Los Flatmates

Si ya os hablé de las Party Girls en su día, hoy vengo a hablaros de los Flatmates (previa presión de la flatmate hembra, que le dije hace meses que les haría una entrada en el blog, pero así soy yo, con calma), otros personajacos que el destino quería que conociese en mi erasmus. 

Sin más, os presento a los Flatmates:

*Gemma:

Edad: 25, pero de edad mental mejor no hablamos.
Ocupación: otro intento de socióloga, introducida en el grupo por Silvia, su classmate.
Aficiones: Gemma es una administradora de su piso. Le gusta hacer ruidos de pegar a la gente, poner nombre a la ropa y gritar en general. Es la mejor compañera de trivial para ganar y la mejor para cotillear.

*Pau:

Edad: 20
Ocupación: supuestamente estudia historia, pero siempre falla todas las preguntas del trivial de historia.
Aficiones: Le gusta ir tranquilo por la vida, con su ritmo caribeño. No sale mucho, pero cuando sale necesita entre uno y dos días para recuperarse de la fiesta, así que rara vez se le verá salir dos días seguidos. No le gusta dar voces (de hecho, para escucharlo casi que necesitas un sonotone), ni que a gente pegue voces (excepto si es su flatmate). 


Y estos son los flatmates, a los cuales en el fondo fondo fooooondo de mi corazón les tengo un poco de aprecio (pero solo un poco).