A principio de cuatrimestre, cuando íbamos en búsqueda y captura de asignaturas porque estábamos (y estamos) muy necesitados de créditos, nuestro profe preferido nos propuso una asignatura por un crédito. ¿Qué había que hacer? Muy fácil, era una salida al campo para salvar a las ranas.
Así que hace un par de fines de semana, me puse en modo exploradora, me pegué un madrugón bonito y nos fuimos a la estación de buses de Árpád híd a coger el bus que nos llevase a nuestro destino salvador de ranas: Garancsi tó.
Un poco de historia:
Resulta que este paraje es muy famoso entre los húngaros, porque aquí se rodó una peli que a ellos les gusta mucho: Üveg Tigris (Tigre Gris para que nos entendamos). Yo he intentado buscar la peli, pero a no ser que la quiera ver un húngaro, nanai (y faltarían años y aaaañooos para que mi nivel de húngaro me diese para entender mínimamente la peli).
Pues en este paraje tan de película resulta que las ranas se mueren (o las matan más bien). Porque hay un bosque donde las ranas nacen y hacen su vida feliz, pero para que su vida sea completamente feliz tienen que cruzar al lago. Y claro, las pobres al pasar por la carretera.... ¡ADIÓS RANA! Os dejo un dibujito muy aclarativo:
Así que para salvar a las ranas teníamos que construir una valla en al lado de la carretera del bosque, y además, unas trampas (que eran unas cajas de plastiquete, no os creáis) donde cayesen las ranas y ya de las cajas llevarlas al lago a tomar el sol. Nada más llegar al sitio dieron una super charla en húngaro para toda la gente que había ido a ayudar (muy interesante, sí) e incluso estaba la radio la cual nos preguntó nuestros nombres y de donde éramos, así que... ¡salimos en la radio húngara! De aquí a la fama, ya veréis.
Pasos para salvar a la rana:
- 1. Colocarte tu chaleco amarillo fosforito para que te vean casi desde Budapest.
- 2. ¡Cavar cavar cavar!
- 3. Colocar la super trampa.
- 4. Colocar los palos que sujetarán la tela de la valla y la tela.
- 5. Sujetar la tela a la valla.
¡Y LISTO! Ya tiene usted montada su preciosa valla y un crédito más. (Y todas las ranas que se salvarán, claro).