domingo, 8 de enero de 2012

Cosas que nos dejan las Navidades

Nada bueno, eso os lo digo desde ya. Porque mañana, queridos míos, empieza otra vez la rutina, y es hora de hacer un balance de que cosas nos deja esta Navidad 2011-2012. 


(despedíos de mi foto de perfil navideña hasta las próximas Navidades)

Lo primero y más visible: 73194738947328423 millones de kilos más. Porque claro, si te pasas las navidades comiendo como si no hubiese un mañana, de comida familiar a comida familiar y tiro porque voy a engordar, de mantecados, el ácido úrico por las nubes de tanta gamba/langostino/similar, y un laaargo etc etc de comidas, ¿qué pretendemos? ¿seguir exactamente igual después de Navidad? PUES NO. Y si a eso le sumas el ir de la cama al sofá, y del sofá a la cama... el acabose.

(Un postre ligerito, un milhojas de nata y chocolate)

Lo segundo: 98471º894738947 millones de neuronas perdidas en fiesta. Porque no todo va a ser comer... claro que no. También está el beber. Todo a su tiempo. 

Lo tercero: unos llámalos regalos, llámalos trastos inútiles que te van a estorbar hasta la Navidad que viene o más. Por ejemplo: mi querida madre (la linds) ese año me ha obsequiado con una figurita. Que digo yo que pa que quiero na figurita y para más inri, es de de ángel. Una figurita de cerámica. ¿Qué madre regala una figura de cerámica a su hija de 21 años? Pues ya lo sabéis, la mía. Como consuelo, no creo que tarde mucho en romperla debido a mi increíble habilidad para tirar todo mil veces al suelo. Aunque vale, también hay regalos que son BIEN, como por ejemplo mis nuevas orejeras/ropa interior/dinero. 

(Mi regalo del amigo invisible, una taza de Igor que es AMOR)

Lo cuarto: la bandeja de mantecaos hasta Semana Santa. Porque comerte un mantecao está bien, pero comértelo dos meses después de la Navidad... NO. Por favor, solo pido que desaparezcan los Mari Trinis y no volver a verlos nunca. Que no me gustan coño. 

Y lo último, que no menos importante: la desesperación, la desolación, la temida depresión post-vacacional. Aferrarte a estas últimas horas de vacaciones, porque claro, hasta Semana Santa no hay otras. Y la sensación de culpabilidad de no haber tocado un apunte de los mil exámenes que tienes ahora. Es un poco automaltrato psicológico. 


Así que... ¡feliz regreso a la normalidad!

4 comentarios:

  1. A mí los reyes me han traído una maleta. Ni que yo viajara o algo. Pero bueno, la intentaré usar, aunque sea para llevarla de bolso o algo. xD

    Y como voy al revés del mundo, mañana mi último día de trabajo y luego de vacaciones indefinidas, porque yo lo valgo.

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  2. Temo muchísimo la depresión post-vacacional que llegará enseguida si no está llegando ya :(

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  3. kesare (esunamierdahastaquebloggernomedejeusarmicuenta)8 de enero de 2012, 23:42

    Todo es una mierda.

    Firmado: una depresiva post-vacacional, por si no lo has notado

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  4. Piensa que al menos lo bueno que hay es que ha terminado el parón navideño de las series...a quien quiero engañar, voto por dejarlo todo e ir en busca de Hogwarts XD

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¡Ladra!