jueves, 2 de mayo de 2013

Una serie de catastróficas desdichas erasmus III


Tercer acto: Los dedos de Silvia

Llevábamos mucho tiempo hablando de subir un día a la Ciudadela para ver el amanecer. Esperábamos el buen tiempo como agua de mayo para poder subir un fin de semana. Y, por fin, el buen tiempo. Así que lo planeamos todo para subir el sábado. Aunque las cosas no fuesen como planeamos, la verdad que todo fue bastante rodado. Solo de pensar lo bonito que era todo y lo azul que se veía el Danubio se me ponen los pelos de punta.



Pero claro, no todo puede ser perfecto. Llega la hora de bajar. Y cuando ya hemos pasado lo peor que es bajar de la ciudadela, cuando vamos por Erszebet Híd (el puente blanco para los amigos), va Silvia y tropieza con un alcantarillado que sobresale como 1 mm del suelo y se cae. Pero se cae SE CAE. En plancha. Aquí empieza la desgracia. Que mala pinta que tienen dos dedos de Silvia. Pues ala, en búsqueda y captura de un hospital con urgencias (porque claro, es domingo). Cogemos el metro en Ferenciek tere. Encima no llevo la cartera encima y Silvia me paga un billete. Lo valido y cogemos el metro. Cuando estamos en la línea uno por la  altura de Opera, se suben unos revisores. Empiezan a pedir los billetes. Y yo no encuentro el mio. No se donde pollas lo he metido. Solo encuentro el ticket que te dan cuando compras el billete y donde sale la fecha y la hora. Le digo al señor y la señora que no encuentro el billete, pero que tengo el ticket y que mire que hacia 5 minutos había comprado un billete pero que se me debió de caer. PUES NADA OYE, ellos nada mas que decirme que eran 8000 florines de multa. Yo ya me estaba poniendo a punto de echar a llorar, la pobre Silvia con la mano como la llevaba, el ellos erre que erre con la multa. Cuando ya me la estaban escribiendo... encuentro el puto billete detrás del móvil. Menos mal, menos mal. Ya vamos andando hasta casa para dejar las cosas.

Salimos de casa y vamos andando hasta un hospital cerca de Hösök ter, y está cerrado. Vamos a uno que está al lado, y un médico joven que ve la desesperación en nuestros ojos nos dice donde tenemos que ir porque allí no tiene traumatología. Pero en nuestra listeza, salimos del hospital sin apuntar el nombre de la calle ni el nombre del hospital. Solo sabemos que está cerca de Keleti Palyuvdar. Saliendo de metro de Keleti, como parecía que no había habido sufientes caídas, voy yo también y me caigo en las escaleras. Así como con recochineo la mala suerte, eh. No encontramos el hospital asi que llamamos a nuestra salvadora Gemma flatmate, que ella ya había ido a ese hospital, y nos dice como ir. Así que nada, mucha espera, mucho llanto y alguna que otra cabezada de sueño por parte de una servidora. Al final resulta que la Sta. Silvia tenía dos dedos rotos y tiene que llevar la escayola CINCO semanas, con graduación de por medio.

 ~ FIN ~


Total, ¿tengo mala suerte o no? A parte de estas tres cosas, también se me cayeron las Rayban al suelo en el mercado central y se me partieron literalmente en dos, el otro día un tío en la terraza del Corvinteto me quería pegar, otro me dijo que yo tenía pinta de ir al McDonalds todos los días... Dios, ya sé que el erasmus es la mejor manera de engordar, en nada seré como Hannah, de Girls, ¿veis alguna diferencia? Porque yo cada día menos.

(A Hannah al menos la quiere alguien)

También es verdad que como dice el refrán a perro flaco todo son pulgas, pero ya van muchas cosas.


Para finalizar esta triste historia (porque ya sé que soy una quejica), os dejo esta conversación con Pau flatmate
- ¿Por qué me pasan estas cosas malas? ¿Cuándo me van a empezar a pasar cosas buenas?
- Cris, ya te está pasando algo bueno.

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