Cómo casi perder un avión

Día 14 de diciembre. Hacemos cena de despedida en casa de las Party Girls, ya que al día siguiente algunos regresábamos a casa por Navidad. Después de la cena unos vinitos blancos Igazmondó, de lo mejorcito (y más barato, por supuesto). Aunque solo pretendíamos salir un ratillo porque la puerta de embarque de nuestro vuelo cerraba a las 12.40 y habíamos quedado en Deak Ferenc a las 10.30, fue inevitable que las Party Girls en nuestra última fiesta juntas antes de Navidad nos liáramos y acabásemos a las tantas (tengo que decir que llegué a casa MUY borracha, ¡gracias que a los que me acompañaron a casa!).

A la mañana siguiente tanto Silvia como yo, nos quedamos un poco dormidas. Nos despertamos a eso de las 10, medio borrachas/resacosas, con la maleta sin hacer y teniendo que coger un metro y un bus hasta llegar al aeropuerto. Hacemos la maleta rapidísimamente rezando por no dejarnos nada, nos despedimos de Carol (ohh) y salimos pitando a Nyugati a coger el metro. Evidentemente ya he llamado para decir que a las 10.30 a Deak Ferenc no llegamos. Así que ala, una carrera al metro y cogemos la línea azul hasta la última parada. Ahora, vaya viaje malo en metro. Parecíamos más muertas que vivas. Al menos en frente de nosotras en el metro se sentaron DOS PARDILLACAS (también erasmus españolas que también volvían a España) que me amenizaron el viaje con sus comentarios del tipo: "Es que hay gente que no ha visitado nada, se ha dedicado a salir de fiesta" (OH DIOS MIO, seriously???), "Y nosequién se gastó muchodinero en Bratislava solo en salir de fiesta, ¿quién se puede gastar tanto en salir?" (EJEM, EJEM, tienes a dos delante que lo han hecho) o "¿Y tú, qué día has salido de fiesta esta semana?" (¿¿DÍA?? ¡Será que día NO has salido de fiesta!). Desde luego, que erasmus más desaprovechado.

Nos bajamos del metro, cogemos el bus (después de esperarlo un ratillo), e intentando no echar las potas en el bus (dios, estaba muy malita), llegamos al aero. Silvia tiene que facturar maleta, así que hacemos un poco de cola hasta que la mujer del mostrador dice que los de Madrid primero (estaban facturando para dos vuelos). Una vez con la maleta facturada buscamos un cajero para recargar el movil húngaro. Vamos a pasar el control justo a la hora que cierran la puerta de embarque. Y encima me hacen quitarme las Quechua. JODERR, que no llegamos. Y yo que iba pensando en el bus "bueno, ahora en el aeropuerto entro al baño y vomito" y me toca echarme una carrera hasta la puerta de embarque. Pero ojo, que llegamos justitas a tiempo. Subimos al avión y ale, a agonizar durante tres horas y media.

Moraleja: No cierres el Instant y te pongas borracha el día antes de coger un avión (y más si lo coges por la mañana).

Ala, ¡¡nos vemos a la vuelta chicos!!