jueves, 30 de junio de 2011

Gente que conoces no Camiño (VII)

¡Uoo! No me creo que ya vaya por la séptima entrada con lo inconstante que soy. La verdad es que las tengo todas (más o menos) guardadas como borradores, y cuando me da el barrunto/arroutada/venazo las pongo bonitas y las publico. 


Pero es que ahora estoy muy emocionada, ¡porque el día 16 de Julio me voy a hacer el camino portugués! Salgo de Porto el día 18, que emoción que emoción. Pero esto ya lo avisaré cuando quede menos, ofcourse


Que hoy os traigo a "El padre y el hijo", conocidos en el Camino Francés. 


Creo recordar que los conocimos en nuestra segunda etapa, de o Cebreiro a Triacastela. Nos paramos en un barecillo a tomar algo para reponer fuerzas y porque estaba lloviznando y ahí estaban ellos, en una mesa al fondo. Un padre y un hijo en apariencia normales. Nos sentamos a pedir algo y claro, yo, en fineza característica, iba cagándome en todo lo cagable, desde Dios hasta la maldita hora que me dio por hacer el camino. Pero tranquilos, esto siempre lo hago aunque el camino sea la mejor experiencia de mi vida. Así que mientras me tomaba mi colacao (o mi cacaolat, alguna de las dos cosas era seguro) pues ahí estaba yo blasfemando. Después del desayuno continuamos nuestro caminito y allí que dejamos a ese padre y a ese hijo. Pues bien, yo, aunque me queje mucho de me duele esto, me duele lo otro, en realidad es todo MENTIRA, porque luego hecho a andar y voy super rápido. Pues claro, el padre me vio pasar tan feliz de la vida por una cuesta que me faltaba ir pegando saltos (después de haber maldecido todo) y sé quedo el hombre sorprendido. Así que, ni corto ni perezoso le dijo a Asteriscos y Leni (mis compañeras caminísticas) que yo era muy rara, que parecía que me estaba muriendo en el bar, y de repente me levantaba y me iba corriendo como si nada. 


(foto que en su día hice para el fotolog, mirad que bollera era, ¿eh?)


Osea, ¿qué es esto? ¡El padre ahí malmetiendo! Pero no aquí no acaba todo: como ellas iban más lentas les decía que porque no íbamos juntas, que si estábamos peleadas, que si las habíamos dejado atrás. ¡PERO BUENO! Que cotilla el señor, ¿eh?. Mientras tanto, el pobre chiquillo no abría la boca, ya hablaba el padre todo lo que tenía que hablar.


En un buen tramo que iba yo a la par con el padre y el hijo, me estuvo contando (el padre, claro está) que tenía un problema de rodilla y que el siempre había querido hacer el camino y no había podido por la rodilla, pero que ya parecía que estaba mejor, pero tenía que llevar mucho cuidado y blablabla. La verdad que eran graciosos, siempre nos los encontrábamos en toooodas las cafeterías/barecillos del camino comiendo. Fuese la hora que fuese. Y en la etapa de Triacastela-Sarria que casi morimos porque no había nada donde comprar comida o agua, allí estaban ellos debajo de un árbol comiendo salchichón y diversos embutidos. 


Al final, les perdimos la pista, pero al llegar a Santiago nos encontramos con alguien que también iba a nuestra par y nos dijo que habían tenido que regresar a casa puesto que al chaval le había dado una GASTRONTERITIS. Y aquí es cuando yo digo: NORMAL, si es que no paraban de comer. 

En resumen: 
Nombre: El padre y el hijo
Nombre real: -
Integrantes: 2 personas
Edad: Hijo unos 16-17 años; Padre unos 40-50
Profesión: Hijo estudiante, y el padre taxista
Procedencia: Madrid 
Camino en el que los conocí: Camiño francés

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